Pero no es verdad que nadie te echara de menos en redes, por aquí sí te echábamos de menos. Hace un tiempo alguien a quien sigo también desapareció de las redes una temporada y volvió diciendo lo mismo, que nadie le había echado de menos. En su caso yo no sabía a qué se debía su silencio y sí, solía entrar a su perfil a ver si actualizaba o no porque sí lo echaba de menos, pero si alguien decide desaparecer, me da apuro enviar un mensaje preguntando (por pura timidez). En tu caso, creo que todo el mundo más o menos cercano sabía qué estabas en un nuevo reto y que lo mejor era no molestar. Pero creo que no soy la única en alegrarse de que hayas vuelto y que pensamos que es un lujo poder leerte a menudo.
Venía a escribir lo mismo: yo también te he echado de menos. Es una alegría volver a leerte. Da gusto la agudeza y el humor de tus reflexiones. Tu inteligencia, vamos. Y tus enlaces. Porque los enlaces, para mí, aún hoy, sí “es lo más increíble que se puede hacer en internet”. Veremos si eso cambia.
Hola Delia, te reconozco que no sabía de ti, ni te había leído o visto nunca en redes. Hoy mismo, hace apenas unos minutos, te he descubierto a través de un comentario de Arturo Paniagua en LinkedIn. Me ha picado la curiosidad y he empezado a leerte, de ahí a esta genial Newsletter y por último hasta los comentarios. No he podido evitar responder porque me he sentido en parte identificado con este relato. Ya estoy suscrito a tus historias y seguiré tus andanzas por aquí con la asiduidad que tu dispongas. Saludos.
Pero no es verdad que nadie te echara de menos en redes, por aquí sí te echábamos de menos. Hace un tiempo alguien a quien sigo también desapareció de las redes una temporada y volvió diciendo lo mismo, que nadie le había echado de menos. En su caso yo no sabía a qué se debía su silencio y sí, solía entrar a su perfil a ver si actualizaba o no porque sí lo echaba de menos, pero si alguien decide desaparecer, me da apuro enviar un mensaje preguntando (por pura timidez). En tu caso, creo que todo el mundo más o menos cercano sabía qué estabas en un nuevo reto y que lo mejor era no molestar. Pero creo que no soy la única en alegrarse de que hayas vuelto y que pensamos que es un lujo poder leerte a menudo.
¡Pero bueno! Ahora va a parecer que lo he escrito para recibir vuestras cariñosas palabras <3
Pasaba por aquí para decir que sí que se te echaba de menos ❤️
Me siento súper identificado, Delia. Gracias por plasmarlo en texto. Y gracias, sobre todo, por volver! Un abrazo enorme!
Aquí uno más que, por supuesto, te echaba de menos. 
Ongi Etorri
Tengo una botella de ron como la de Sindo para celebrar tu vuelta :-)
Seguimos
Uno más que te echaba de menos por aquí, no mientas...
Venía a escribir lo mismo: yo también te he echado de menos. Es una alegría volver a leerte. Da gusto la agudeza y el humor de tus reflexiones. Tu inteligencia, vamos. Y tus enlaces. Porque los enlaces, para mí, aún hoy, sí “es lo más increíble que se puede hacer en internet”. Veremos si eso cambia.
Hola Delia, te reconozco que no sabía de ti, ni te había leído o visto nunca en redes. Hoy mismo, hace apenas unos minutos, te he descubierto a través de un comentario de Arturo Paniagua en LinkedIn. Me ha picado la curiosidad y he empezado a leerte, de ahí a esta genial Newsletter y por último hasta los comentarios. No he podido evitar responder porque me he sentido en parte identificado con este relato. Ya estoy suscrito a tus historias y seguiré tus andanzas por aquí con la asiduidad que tu dispongas. Saludos.
Pues bienvenido, Javier!